miércoles, 12 de septiembre de 2007

REFLEXIONES DE UNA MAÑANA TRANQUILA ( a mi hermana )


Nombraré los cuartetos abiertos a las preguntas
Y sabré del gemido de un girasol detenido en el tiempo.

Y si esa condición es un brebaje
Una pócima de escupos de bruja
Que hacen de uno un jaguar, un águila
Una anaconda encendiendo con sus ojos la noche,
Y volando en la explosión de todas las líneas de Orión.

Sé, que de tanta liana hervida
Muchos vieron como los árboles se volvían carnívoros
Y devoraban a sus retoños,
Los asaban al palo
Y con las astillas hacían ajiaco pa ‘ la caña.

Una raíz de relato de abuelos
Es lo que se pierde en todo este bullicio.
Un viejo afeita sus pocos pelos
Y de su calvicie espectral
Solo su condición de mortal
Le permite eximirse del parto del candombe.

Ventaja en la antesala de la región de las uñas.

Serpientes de vientres abiertos me han visitado en las noches.
Y saben cuanto pesa el ombligo de los seres que han muerto
De los seres que han dejado sus cenizas representando vida,
Guaguas nuevas
Nuevas esperanzas de lección a los leñadores de cuchillos,
En la cima de mortandad del tiempo.

Relato largo de murallas afincadas en los mástiles de un barco fantasma.

No tengo que recoger los pétalos que cayeron en el suelo de esta montaña,
Para tener que desenterrar al cuerpo.
Ya él esta demasiado comprometido con los seres de ese instante,
Pero es no es tarde,
Hermetismo de piedra en la altura de la la mi halcón guardián.

Bajé lentamente al fondo del cuerpo de mi hija en llamas
Y con un rito de carnes partidas
Busque su aliento de viento solar prematuro.

Pude saber cuan de verdad es el rodaje de las escenas del tiempo.

Pero de tanto cantarle a mi hija
Pensé en los deseos del cuerpo en ser carne,
Y así superar los antiguos dichos de los dioses que corren por estas laderas afiladas,
Desnudos, tragando carbón.
Inestabilidad de triunfo de tiniebla virgen.

Escuche este relato de un fusil desdentado
Abandonado en el salón de la primera condición humana.

Tengo esa tragedia atragantada en un espina de humo y guano.
Arpones de Chonos
Arpones de ballenas secas en mi lengua terrible.
Terrible es lo que relata
Y tan así
Que la luna se escondió bajo el poncho de perros y gatos,
No soporto tanta tristeza sellando bocas, lenguas
Y letreros en los pezones sensatos la mujer y su vagina pariendo eternidades.

Encontré este manuscrito en una costra que guarde desde niño.

La miré tiernamente
Me la hice mientras jugaba en las tarde de la infancia prometida,
En mi terrario de Capibaras.

Sin embargo los sellos que leía
Se me partían como tabletas en la lengua,
En una lengua muerta
Dialecto que habitaba en mis calcetines sagrados.

Miró el esférico cuerpo del día
Y prefiero alimentar con leche
A la niña,
Un pacto que saca chispas de las arterias
Enredadas en el llanto que proviene de la confusión..

Porque la muerte nos lame
Porque la muerte nos ama.

Esto me sugiere
Un universo de niños aferrados a la vida,
Ella juega con un peluche de lianas
Mecida sobre el lomo de una boa amazónica,
Su madre antes de partir
Fue bautizada por los ojos de crótalo.
Y de su parto despego cohetes
Llevados a la tumba.

Nadie entiende entonces
Que la telúrica sensación del cuerpo
Venga en arterias y motores cardiacos pequeños.

Celebración de canto y cuna
En estos telégrafos de millas marinas.

Me recuesto sobre este escritorio de trabajo remunerado
Y estiro mis pies descargando mis fases lunares, solares, huamanas.
Sin dejar de pensar un instante en la lluvia de afuera,
Mientras el vapor mis brazos
Limpia el cristal de mis lentes.

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